En cuanto al nivel de los heli-biking rumanos, Gaspi está impresionado: "Sorprendentemente lujosos", dice, comparándolos con sus experiencias en Canadá, donde tuvo la oportunidad de recorrer la Rainbow Mountain en Whistler y las cimas de Pemberton. "La configuración rumana es mejor y mucho más cuidadosa con las bicicletas. En Canadá, existe el riesgo de dañar las bicicletas porque se transportan en grupo en una red. En Rumania, las bicicletas se transportan en un soporte de metal resistente y todos los miembros del equipo siguen un horario preciso. Hay una sesión informativa de seguridad para los pasajeros, incluidas instrucciones sobre dónde moverse alrededor del helicóptero y dónde es peligroso", describe Gaspi mientras elogia la calidad de los servicios prestados por la agencia de la familia Dunca. Ya está planeando regresar a Rumania para organizar un ‘bike camp’.
"Ya lo tengo todo planeado, no será este año, pero sí el año que viene, y creo que no será solo el único", promete Gaspi, que considera Rumanía un país que ofrece la posibilidad de vivir la naturaleza salvaje, con osos, lobos y otros animales que normalmente solo se ven en los zoológicos. "Ya solo eso te despierta muchas emociones y planes de aventura. Lo que pasa es que en las montañas rumanas no puedes parar a comer salchichas y tomar una cerveza grande como en Austria, que también me encanta, pero Rumanía de alguna manera promete una aventura mucho mayor. Otra razón importante es que hasta ahora había que viajar muy lejos para hacer un verdadero heli-bike, pero aquí la experiencia está literalmente al alcance de la mano, con helicópteros y servicios de primera calidad. Rumanía me ha conquistado y estoy seguro de que volveré pronto", concluye Gaspi.