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2.829m de volcán. En Cabo Verde. Con una Crafty. Lo de Gaspi con los volcanes es algo brutal. Subir hasta el cráter pedaleando o con la bici a cuestas, y descenderlo hasta el nivel del mar creando unas trazadas nunca antes imaginadas por nadie.
Pioneros en logística, en conquistas y en hacer lo que ninguna otra persona ha hecho hasta el momento. Esta una historia de como conquistar un volcán sobre una ebike y hacer el descenso de tu vida. Gracias Gaspi por reconectarnos con nuestro lado más aventurero.
A veces, aunque algunos nos puedan llamar locos, hacemos cosas con la esperanza de que ese momento perdure. Solo el tiempo dirá cómo se recordará la ascensión de Gaspi al volcán activo Pico do Fogo, pero una cosa está clara: estuvo a punto de no suceder.
Respira profundamente. El aire caliente, como el asfalto fundido, le llena los pulmones. El sol ecuatorial le quema la piel, mientras que el viento le juega alguna mala pasada, haciéndole sentir más fresco de lo que realmente está. Aún no se ha dado cuenta de que el sol ha derretido su protector solar y que sus labios están empezando a agrietarse.
Si hubiera preguntado a los lugareños por qué se refugian bajo sombreros de ala ancha, le habrían advertido, pero ahora ya es demasiado tarde para eso; todos sus sentidos están concentrados en la cima. Respiración tras respiración, se acerca poco a poco. La cima del Pico do Fogo está al alcance de la mano. Ya no hay vuelta atrás.
Después de todo lo que le costó llevar su ebike a Cabo Verde, rendirse nunca fue una opción. Ninguna aerolínea ni ferry la aceptaba debido a su batería de litio. La única forma de sortear los trámites burocráticos era encontrar una empresa de logística dispuesta a hacer lo imposible, enfrentarse a la burocracia y encontrar la manera de llevar la bici, la batería y todo lo demás a las islas.
Se necesitó tiempo, esfuerzo y una cantidad considerable de dinero para hacerlo realidad. “Al final, Rangel Logistic Solutions dio un paso al frente, y no puedo estarles más agradecido”, afirma Gaspi. «Lo que tuvieron que pasar fue tan desalentador como subir y bajar el volcán». La operación tuvo éxito gracias a la ayuda de Mustafa Kerim Eren, un contacto de Gaspi en las redes sociales al que había contactado antes de partir. “Creo que hay gente buena en todas partes. Solo hay que mantener los ojos abiertos si se quiere encontrarla”, añade.
un alpinista profesional de la cordillera del Karakórum en Pakistán, conoció a su esposa Marisa hace 18 años y se instaló con ella en Fogo. Además de una carrera que le ha llevado a escalar junto a leyendas como Adam Ondra, ahora regenta la pensión Casa Marisa. Escala o practica boulder a diario, abriendo constantemente nuevas rutas en el acantilado que hay detrás de su casa, una pared tan exigente que rivaliza con El Capitán, en Yosemite.
“Musti tuvo la amabilidad de recoger nuestra Crafty XR en el aeropuerto”, recuerda Gaspi. Se convirtió en una epopeya burocrática en cuatro actos, que terminó con los funcionarios de aduanas imponiendo un exorbitante arancel de importación del 85 % a la bicicleta, a pesar de que los coches y las motos eléctricos están exentos por razones medioambientales.
“Nuestra importación pionera de ebikes, aparentemente la primera que se registra en las islas, podría provocar un cambio en la legislación», opina Gaspi, “y, si este viaje contribuye a eliminar el impuesto para todos en el futuro, sería una ventaja increíble”.
por fin pudo pisar la playa: el punto de partida para una escalada de casi 3000 metros, desde el nivel del mar hasta el punto más alto de la isla.
"Las mañanas son frías y ventosas. El Atlántico está helado. Luego sale el sol y, durante unos minutos, se está agradable, antes de que empiece a quemar como el fuego. Hay una pregunta que no deja de rondarme la cabeza: ¿tendré suficiente batería para llegar a la cima? Nadie lo sabe. Nadie lo ha intentado nunca”.
La ruta serpentea a través de colinas rocosas y praderas, con rocas volcánicas irregulares que sobresalen como dientes rotos. Los curiosos lugareños se detienen para mirar. Los niños corren detrás, fascinados por la imagen de una ebike que se dirige hacia una montaña que ellos observan con miedo y reverencia. “Me siguen durante un rato y luego se alejan”, dice Gaspi, sonriendo.
pueden llevar entre noventa minutos y cuatro horas, dependiendo de la fuerza y la determinación. El cono volcánico es empinado y, como todos los grandes volcanes, se vuelve cada vez más escarpado a medida que se asciende.
“Empiezas pedaleando entre la maleza y luego solo hay lava. La lava cruje bajo las ruedas y, a veces, la rueda trasera se hunde. Después, solo hay grava y ceniza”, explica Gaspi.
pero cuanto más sube, más tiene que bajarse y empujar. Afortunadamente, el modo de asistencia al caminar le ayuda a aligerar un poco la carga. Al final, no le queda más remedio que cargarse la bicicleta a hombros y seguir adelante a pie lo mejor que puede.
Gaspi está hipnotizado por el sonido de sus pies pisando tierra y las piedras pintadas de rojo y amarillo por óxidos ricos en hierro, como un astronauta dando sus primeros pasos en un planeta alienígena. Sigue adelante gracias al agua de su mochila de hidratación, cada sorbo es un salvavidas en un desierto negro sin vida.
«¿Quién podría resistirse, verdad?», sonríe. “Después de un breve respiro, tuve que volver a salir y trepar por el borde, listo para el descenso final”.
Lo que al principio eran rocas se convirtió en un polvo sobre el que se encontró surfeando y trazando líneas en campos de polvo volcánico a una velocidad de hasta 80 km/h. Con la cabeza palpitando, el cuerpo tenso, bailando con la gravedad como si cayera por un vacío negro sin fin. “¡El mejor descenso de mi vida!”, dice Gaspi.
Los discos de freno están quemados, sobrecalentados hasta quedar inservibles. “Delantero y trasero, completamente quemados”.
“Mucha gente pensó que estaba loco. Pero después de resolver la logística y ver ahora cómo este viaje está influyendo en la legislación local, situando las ebikes junto a los vehículos eléctricos, los patinetes eléctricos, los paneles solares y las baterías, todos ellos libres de impuestos, quizá sí que sirvió para algo. ¡Quizá no fue una tontería, después de todo!», sonríe Gaspi.
2.829m de volcán. En Cabo Verde.
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COMO CONQUISTAR UN VOLCÁN Y DESCENDERLO DE VUELTA
2.829m de volcán. En Cabo Verde. Con una Crafty. Lo de Gaspi con los volcanes es algo brutal. Subir hasta el cráter pedaleando o con la bici a cuestas, y descenderlo hasta el nivel del mar creando unas trazadas nunca antes imaginadas por nadie.
Esta tabla de tallas es solo una estimación. El tamaño óptimo del cuadro depende también de su estilo personal de montar.